Escrúpulos del camino

Muchas veces usamos livianamente palabras que tienen un significado profundo y, me atrevo a decir, transformador. No se trata de programación neurolingüística o hipnosis, sino de conocer el origen y significado de las palabras.

Recientemente, alguien compartió una reflexión sobre la palabra “escrúpulo” y me pareció un deber compartirla con mis lectores.

¿Alguna vez has pensado si tienes escrúpulos? Responde al final, porque pienso que sí los tienes, pero es necesario que tú estés convencido.

La palabra se origina en el latín y, literalmente, significa “piedrecilla”. El sentido figurado parte de lo que pasaba con la piedra pequeña, no del objeto mismo, sino de lo que pasaba en las marchas de las legiones romanas.
Los soldados marchaban a pie y, como es de suponerse, las piedrecillas se metían en las sandalias, causando incomodidad. Eso le causaba a los soldados la inquietud de detenerse para remover las piedras, lo que interrumpiría la marcha de la tropa o seguir marchando a pesar de la molestia. El soldado ponderaba detenerse y pasar la vergüenza de interrumpir el avance o seguir sufriendo la molestia personal.

Para los oficiales de mayor rango, la cosa era muy diferente; ellos iban en carretas y no estaban expuestos a los males del camino que afectaba a los soldados de a pie. Dicho de otra manera: ¡No tenían escrúpulos!

(Cualquier parecido con líderes actuales, cercanos y lejanos, reales o imaginarios, es pura premeditación y alevosía).

Los generales ordenaron la marcha y no sufrían en carne propia las incomodidades que los soldados de a pie tenían que soportar. Así mismo, muchas veces los gobernantes toman decisiones que afectan adversamente a los ciudadanos, mientras ellos mismos no se ven afectados personalmente. (Eso lo hacen los del partido contrario; los de tu partido siempre procuran lo mejor para el pueblo y nunca se equivocan ¡por supuesto!).

¿Tienes escrúpulos? ¿Eres capaz de señalar los errores y acciones descaradas de los líderes de tu partido, denominación o grupo cívico? ¿Eres capaz de admitir que los has apoyado ciegamente y aplaudes cualquier cosa que hagan o digan?

Sigue caminando tranquilamente pero, cuando la piedrita entre en tu calzado, espero que consideres si te detienes y pasas la vergüenza o continúas marchando fanáticamente, en solidaridad con el resto de la tropa.

Comentarios