Recientemente, la empresa Tesla presentó su humanoide en una exhibición ante un público reducido. Este robot, que fue diseñado para servir como asistente para realizar tareas mundanas, también posee la inteligencia artificial conversacional que le permite interactuar con los humanos.
Uno de los asistente a la exclusiva presentación, le hizo una pregunta a uno de los varios Optimus que se paseaban por el salón. La pregunta tenía que ver con los sentimientos y emociones que son tan comunes en las personas, pero son desconocidas para las máquinas antropomorfas.
“Optimus, ¿te sientes feliz de estar aquí?”, fue la pregunta del invitado. Rápidamente Optimus le respondió: “Soy un robot y no tengo emociones como los humanos”.
Resulta penoso que muchas personas no saben responder la pregunta sencilla acerca de quiénes son, especialmente aquellas que se afanan y se esfuerzan para ser lo que no son, cuando no conocen la esencia de su propio ser. Entonces el dilema para ellos es “¿Ser o no ser?”, cuando en realidad ya son alguien, algo o un completo disparate cuya descripción parece un ensayo filosófico.
Con la inteligencia natural debería ser posible que ese tipo de dilema ni siquiera se tomase en cuenta. Pero, lamentablemente, muchos no saben (o no quieren saber) quiénes son, de dónde vienen y hacia donde van. Optimus lo tiene claro. Su inteligencia artificial le permite estar consciente de su procedencia y el lugar que ocupa en este mundo, pues su existencia se debe a Tesla, su creador. Tiene la “conciencia” de todo lo que es, todo lo que puede hacer y cuál es su propósito en este mundo.
Y tú, ¿sabes quién eres, de dónde vienes y cuál es el propósito de tu existencia?
- Basilio Guzmán
Uno de los asistente a la exclusiva presentación, le hizo una pregunta a uno de los varios Optimus que se paseaban por el salón. La pregunta tenía que ver con los sentimientos y emociones que son tan comunes en las personas, pero son desconocidas para las máquinas antropomorfas.
“Optimus, ¿te sientes feliz de estar aquí?”, fue la pregunta del invitado. Rápidamente Optimus le respondió: “Soy un robot y no tengo emociones como los humanos”.
Resulta penoso que muchas personas no saben responder la pregunta sencilla acerca de quiénes son, especialmente aquellas que se afanan y se esfuerzan para ser lo que no son, cuando no conocen la esencia de su propio ser. Entonces el dilema para ellos es “¿Ser o no ser?”, cuando en realidad ya son alguien, algo o un completo disparate cuya descripción parece un ensayo filosófico.
Con la inteligencia natural debería ser posible que ese tipo de dilema ni siquiera se tomase en cuenta. Pero, lamentablemente, muchos no saben (o no quieren saber) quiénes son, de dónde vienen y hacia donde van. Optimus lo tiene claro. Su inteligencia artificial le permite estar consciente de su procedencia y el lugar que ocupa en este mundo, pues su existencia se debe a Tesla, su creador. Tiene la “conciencia” de todo lo que es, todo lo que puede hacer y cuál es su propósito en este mundo.
Y tú, ¿sabes quién eres, de dónde vienes y cuál es el propósito de tu existencia?
- Basilio Guzmán
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