Aferrados a la boya

Cerca de las costas y en las zonas de embarcaderos se instalan boyas, esos dispositivos de alta flotabilidad que se usa para prevenir que los barcos encallen en zonas de poca profundidad. A pesar que las boyas flotan, no se usan para el transporte marino, sino que permanecen en el mismo lugar durante años.

Pero este artículo no se trata de los flotadores, sino que lo tomo para hacer un juego de palabras para hablar de otro tema: las personas con mucha intención y poca acción. Ellos son los “voy a” (que suena igual a boya) se mantienen flotando en el océano de buenas ideas que rara vez zarpan del puerto hacia el país de los sueños realizados.

Ideas y proyectos que nunca zarpan

Conozco personas que han tenido buenas oportunidades en las manos y, en vez de emprender y aprovecharlas, abren los dedos y las dejan caer el suelo como si fueran un puñado de arena. Luego de meses hablando del deseo de obtener el éxito, se sabotean a sí mismos y, de paso, decepcionan a los que han aportado esfuerzo y talento para ayudarlos a convertir sus sueños en realidad.

Te los encuentras en cualquier sitio y te ponen al día en sus proyectos. Te dicen una y otra vez “voy a esto”, “voy a lo otro”. Semanas o meses después de ese encuentro, les preguntas por sus “voyas” y ni siquiera recuerdan que te hablaron de ese mega proyecto que iban a realizar.

Excusas que desafían la fe

“Voy a hacer ejercicios” - Mejor espero que pasen las navidades y empiezo en enero.

“Voy a comenzar mi negocio el mes próximo”. - Las personas que iban a invertir en el negocio se arrepintieron en el último minuto.

“Voy a hacer un podcast”. - Tengo que esperar a comprar un micrófono profesiona y una cámara de alta definición, porque los que tengo son para aficionados.

“Voy a salir a trotar” - No puedo empezar esta semana porque me tropecé con el cable del Bluetooth.

¿Cuál es tu excusa? (Mejor no respondas).

“Haz una cosa, hazla bien”

Cuando hablo con alguien que tiene 20 proyectos sé que no hará ninguno. Las personas que hablan en términos de “tengo que hacer un montón de cosas” siempre están ocupadas como las boyas, pero no avanzan en la vida.

Para aquello de nosotros que vemos el trabajo, las tareas y lo que requiere de nuestro esfuerzo, el mejor consejo que puedo dar es: Un paso a la vez. Parece poco, pero así se logra más que seguir abrazado a la fuñía “voy a”.