Alimentando el miedo

El fomento del temor atenta contra uno mismo
El miedo es una emoción básica que nos ayuda a protegernos de las amenazas y a adaptarnos al entorno. Sin embargo, cuando el miedo se vuelve excesivo, irracional o crónico, puede tener efectos negativos en nuestra salud física y mental, así como en nuestro rendimiento y bienestar.

Uno de los factores que contribuye a aumentar el miedo en nuestra sociedad es la sobrecarga de información y noticias negativas que recibimos a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Vivimos en la era de la información, pero también de la desinformación, la manipulación y la falsedad.

La exposición constante a noticias alarmantes, dramáticas o catastróficas puede generar ansiedad, estrés, confusión, desconfianza, apatía o depresión. Además, puede reducir nuestro valor y nuestra pasión por mejorar y transformar el mundo, al hacernos sentir que todo está mal y que no hay solución.

Este fenómeno se conoce como “doomscrolling” o desplazamiento fatalista, que consiste en consumir compulsivamente información negativa sin ser conscientes del impacto que tiene en nuestro estado de ánimo y en nuestra visión de la realidad.

Otro efecto que puede tener la sobrecarga de información y noticias negativas es la indefensión aprendida, que es la creencia de que no tenemos control sobre lo que nos sucede y que nada de lo que hagamos puede cambiar las cosas. La indefensión aprendida nos lleva a rendirnos sin luchar, a perder la motivación y la esperanza, y a asumir una actitud pasiva y resignada ante los problemas.

¿Qué podemos hacer para afrentar los embates de la negatividad y recuperar el poder sobre nuestra vida? Aquí te damos algunas recomendaciones:
  • Limita el tiempo que dedicas a consumir información y noticias. Elige fuentes fiables y veraces, y evita las que difunden rumores, mentiras o exageraciones. No te quedes enganchado a las pantallas ni te dejes arrastrar por el sensacionalismo o el morbo.
  • Busca el equilibrio entre la información negativa y la positiva. No se trata de ignorar la realidad ni de caer en el optimismo ingenuo, sino de reconocer también los aspectos positivos, las oportunidades, los avances y las soluciones que existen en el mundo.
  • Practica el pensamiento crítico y reflexivo. No te creas todo lo que lees o escuchas sin cuestionarlo ni contrastarlo. Analiza las fuentes, los datos, los argumentos y las intenciones de quien emite la información. Desarrolla tu propio criterio y opinión.
  • Cultiva una actitud proactiva y comprometida. No te quedes como un espectador pasivo ante lo que ocurre en el mundo. Busca formas de contribuir con tu acción, tu voz o tu apoyo a las causas que te importan. Participa en proyectos sociales, ambientales o culturales que generen un impacto positivo en tu entorno.
  • Cuida tu salud física y mental. El miedo puede debilitar nuestro sistema inmunológico y hacernos más vulnerables a las enfermedades. Por eso, es importante mantener hábitos saludables como una alimentación equilibrada, una hidratación adecuada, un descanso reparador y una actividad física regular.
  • Fomenta tu bienestar emocional. El miedo puede afectar nuestra autoestima, nuestra confianza y nuestra alegría de vivir. Por eso, es importante expresar nuestras emociones, buscar apoyo social, practicar técnicas de relajación o meditación,

Comentarios