Aunque en nuestra cultura popular usamos más bien la palabra “memoria”, en esa palabra procedente del latín nos habla de pasar por el corazón los eventos del pasado.
Este proceso pudiera ser placentero en algunos casos y doloroso en otros.
Durante la vida experimentamos ocasiones en que tenemos experiencias que nos producen mucho gozo y placer; también existen ocasiones en las cuales tenemos experiencias dolorosas muchas veces que nos dejan con el corazón herido.
¿Qué cosas valen la pena para dedicarles un espacio en el corazón?
Afortunadamente tenemos la capacidad de ser selectivos en cuanto a nuestros recuerdos. Es posible traer a memoria eventos doloroso sin sentir el dolor que se sintió en el momento en que se experimentó. De igual forma podemos traer a memoria los momentos felices y gratos y tenerlo cerca del corazón para que nos animen a continuar con nuestra vida.
Hay quienes se empeñan en traer los momentos dolorosos e ingratos y siguen sufriendo año tras año de las mismas cosas que ya no volverán a ocurrir quizás. Cuando hablan de los eventos del pasado siente en la misma rabia el mismo dolor la misma sensación de desesperanza que experimentaron cuando estaban pasando por esos momentos.
Es algo terrible observar a esas personas como se siguen haciendo el mismo daño una y otra vez. Se aferran a su dolor como si fuera una adicción que les produce algún tipo de placer incomprensible.
Otros siguen trayendo a memoria sus buenos recuerdos y, por alguna cosa que no entiendo, producen nuevos recuerdos gratos a cada momento. Aprendieron a disfrutar de las personas a su alrededor y no ven con reproche cuando las personas se alejan y regresan al pasar el tiempo.
Tienen la capacidad de ver la vida con gratitud sabiendo que nadie les debe nada y ellos están en deuda por todo el bien recibido.
Ahora es un buen momento para decidir cómo verás tu pasado. ¿Lo vas a ver con dolor o con gratitud?
-- Basilio Guzmán
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