La solidez de un sueño

"...porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad".
(Filipenses 2:13)

Los sueños, sueños son, si no se convierten en proyectos que los lleven a su feliz realización. Podemos aferrarnos a nuestros sueños. Una vida mejor es posible en el ámbito personal, a nivel familiar y también nacionalmente. Los sueños pueden ser tan sólidos como nuestra fe en que pueden realizarse y la disposición que exhibamos en nuestro empeño para perseguirlos.

Hay que hacer diferencia en los tipos de sueños, por supuesto, porque hay algunos que son efímeros y desaparecen al despertar, pero existen aquellos que se vuelven recurrentes y llegan a visitarnos aun cuando estamos despiertos.

Ese es el tipo de sueño que se puede convertir en realidad, porque va tomando forma, tamaño y peso en la imaginación.

Los parques de Disney, se pueden usar como ejemplo de esto. Aunque se iniciaron como un sueño del afamado productor de caricaturas, son una realidad palpable hoy día, aunque el visionario Walt murió sin verlos realizados. Eso también podemos afirmar de la llegada del hombre a la Luna y el sueño de igualdad social del Dr. Martin Luther King, Jr.

Muchas personas han perdido la capacidad de soñar despiertos e imaginar, gracias a la televisión y al cine que presentan en alta definición los sueños de otros y logran opacar los sueños de los demás.

Además, un sueño puede ser algo tan cotidiano como adquirir una casa propia, terminar una carrera universitaria inconclusa, formar una familia, tener un negocio propio... ¡ponle nombre a tu sueño!

Y ya que estamos ocupados en ello, también ponle fecha y que ocupe un espacio en tu agenda. ¿Acaso es algo inalcanzable para ti? Entonces recurre a quien puso el sueño en ti, porque él tiene el poder para darte lo que necesitas para que lo veas realizado.

- Basilio Guzmán (Tomado de El soñador de la túnica de colores)

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