¿Semántica o retórica?

Las palabras y nuestra conducta

Heráclito
El lenguaje es uno de los mayores avances en la evolución del ser humano. Hablamos, escribimos, leemos y oímos; ojalá pudiera decir que escuchamos, pero ese es tema de otro artículo.

Sobre el tema de hablar y escribir, he observado una vertiente que se dirige y se inclina más hacia la retórica en menoscabo de la semántica. Puedes consultar el diccionario, pero no tengo muchas esperanzas que eso tenga algún impacto en tu expresión.

La semántica busca entender el significado de las palabras nuevas y antiguas, incluso las arcaicas y en desuso. Compromete al lector y al oyente con el sentido que proyecta el escritor o el orador.

Por otra parte, la retórica busca darle la vuelta al significado y, en ese proceso, crea imágenes abstractas que rara vez representan la realidad, los hechos y la experiencia. No es casualidad que los abogados recurren a la retórica en formas abusivas y absurdas.

Aunque no solo los abogados usan la retórica. Las personas que están comprometidas (¿fanatizadas?) con alguna corriente de pensamiento moderna o antigua, recurren a la retórica para convencer a los demás de que sus ideas. Al mismo tiempo pretenden convencer de lo lógicas e ilustradas que son las ideas que presentan.

Pensamiento occidental


Cuando el apóstol Pablo visitó Atenas, la capital de Grecia, se refirieron a él como “palabrero”. Y de eso se trataba la dinámica entre las correintes de pensamiento entre las distintas filosofías de la época y que han marcado el pensamiento de Europa y América hasta el presente.

Igual que entonces, hay gente que tiene la noción de que una idea que surge en su mente es la verdad última e irrefutable. Para sustentarla, recurre a la retórica para edificar mundos utópicos y pintar paisajes imposibles, con peces voladores y elefantes en bikinis.

Aclaro que la retórica es un arte de persuasión que, usado para fines constructivos, sirve para mejorar la vida de las personas. El problema es que, hoy día se usa como arma de destrucción y no como herramienta de construcción, especialmente por aquellos que la adornan con insultos y palabras soeces.

El lenguaje humano ha evolucionado mucho, pero la comunicación no tanto. El hombre sigue buscando significado pero, si apenas se molesta en hallar el significado de las palabras que componen nuestro idioma, no creo que haga un esfuerzo genuino para hallar el significado de las cosas más importantes de la vida.

- Basilio Guzmán

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